Identifying the hazards that could affect your profits, customers and processes are important to the overall success of your business. A risk assessment lets you classify and analyze potential pitfalls, and rank them as to how much they could affect your business. It also helps you decide on how much risk is tolerable. While they differ for every business, the two primary risk categories are internal and external. Internal risks include things over which you tend to have more control, such as dealing with misbehavior by managers or employees, departures of key staff members, loss of vital records, and operational issues. Things you can do to minimize these risks include having clear policies and expectations, cross training workers in key jobs, ensuring protection and backups of records and data, and making sure you have contingencies for issues like a fire or loss of a key supplier. External risks are less controllable and include natural disasters, regulatory changes and new competitors. Things you can do to mitigate external risks include buying the right types of insurance to cover potential losses, and to regularly assess compliance and market conditions. Not all risk is bad, especially if it comes in the form of new products or services that could increase your profits. You'll just need to plan on potential development costs and possible benefits to weigh whether or not you're willing to take the risk. It's important to realize that not assessing the risks your business might face could cost you time, money and customers, and maybe destroy your business. Don't take that risk.

Identificar los peligros que podrían afectar tus ganancias, los clientes y los procesos son importantes para el éxito general de tu empresa. Una evaluación de riesgos te permite clasificar y analizar los peligros potenciales, y clasificarlos en función del grado en que que podrían afectar a tu negocio. También te ayuda a decidir sobre cuánto riesgo es tolerable. Aunque son diferentes para cada empresa las dos principales categorías de riesgo son los internos y los externos. Los riesgos internos incluyen cosas sobre las que tienden a tener más control, como el manejo de la mala conducta por parte de directivos o empleados, las salidas de miembros clave del personal, pérdida de registros vitales, y problemas operativos. Lo que puedes hacer para minimizar estos riesgos incluyen tener políticas y expectativas claras, formación cruzada de los trabajadores en los puestos clave, garantizar la protección y las copias de seguridad de los registros y datos, y asegurarte de que tienes contingencias para problemas como un incendio o la pérdida de un proveedor clave. Los riesgos externos son menos controlables e incluyen las catástrofes naturales, cambios normativos y nuevos competidores. Lo que puedes hacer para mitigar los riesgos externos incluye la compra del tipos correcto de seguros para cubrir posibles pérdidas, y evaluar regularmente el cumplimiento y las condiciones del mercado. No todo el riesgo es malo, especialmente si viene en forma de nuevos productos o servicios que podrían aumentar tus ganancias. Solo tendrás que planificar los posibles costes de desarrollo y los posibles beneficios para sopesar si estás dispuesto a asumir el riesgo. Es importante tener en cuenta que si no se evalúan los riesgos a los que puedes enfrentarse tu empresa podría costarte tiempo, dinero y clientes, y tal vez destruir tu negocio. No corras ese riesgo.